Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación, porque tu conciencia es lo que eres y es tu problema. Tu reputación es lo que otros piensan de ti, y lo que piensen los demás es problema de ellos.
Se debe aprender a saber distinguir a las personas que merecen explicaciones. Así que vive tu vida sin dañar a nadie, a final de cuentas los actos de las personas hablan por sí solos, así que ya cada quien tendrá los elementos para pensar o creer lo que se dice de ti, que eso no te quite el sueño.
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