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sábado, 23 de abril de 2016

Tengo la frente en alto y el espíritu muerto.

Estaba en uno de los días cualquiera deseando solamente que llegue la noche para poder dormir. Mi vida se había convertido en un acertijo incompleto, en una frase sin verbo, todo se me hacia demasiado difícil y demasiado trivial a la vez. No tenia nada que hacer era un entre envuelto en la leucemia de un coma inoportuno. Y llego la noche, humo y alcohol, todo era igual, bueno, casi todo; no se en que instante se dio, solo un soplo de algún químico no conocido hasta ese momento por mi organismo se presento ... la misma mujer con la que tiempo atrás me había visto sin ninguna clase de sortilegio, sin ninguna otra esperanza que la satisfacción de los deseos carnales, se me había presentado como una musa, una belleza que nunca antes visito mis sentidos, una emancipación de lo que ya no existía...     Fue un choque, algo así como cuando el café de la mañana, tan delicioso, se vuelve detestable al mojarte los labios y quemar... fue verme envuelta en su figura tan femenina, en sus manos pequeñas, en su dorso perfecto y sus brazos afables. Era imposible lo que ocurría, nada igual al sentimiento causado por Eros e incluso incomparable a la sensación que causaría el mismo Zeus, era Diana en todo su esplendor, maquillada con un nombre terrestre, pero bajo su piel se definía lo etéreo, lo sublime de lo inimaginable, sí, era ella y era yo, desde aquel instante éramos las dos.    No conforme con toda la fascinación de mis ojos, necesitaba tocarla, quería saber que era lo que sus dulces labios escondían, sin embargo, no podría ser. Salí de aquel espacio lleno de todo, lleno de abril, huí como un capitán de guerra, con la frente en alto y el espíritu muerto, me ate a nada y salte de un oleaje a otro, me hundí en la isla de la que había salido esa misma noche, nuevamente entre por la puerta grande al lugar de la muerte sin vida y me llene los ojos con su nombre y los oídos con sus caricias, esperando el momento en que todos y todas puedan concebir que me había enamorado sin edad, sin dinero, sin amor, sin deseo, sin genero y sin sexo...     La noche paso temblorosa, no quería verme, pues mi mente maquinaba la odisea, mañana todo estaría planeado para desterrar a aquel que no lo entendiera, estaba dispuesta a lo que sea, parecía un tigre a espera de que aquella presa se despistara, sin embargo, cada vez me convertía más en la presa, sus movimientos me parecían calculados, sus sonrisas oportunas al momento y ella, ella no aparecía, todo estaba en mi imaginación, suplicaba a los dioses un instante mas a su lado, quería sentirla y que me ayude a sentirme, necesitaba su vos, o solo su perfume, así caí en profundo sueño casi eterno.     No tengo recuerdo alguno de lo que sucedió en este lapso, tal vez ni siquiera sucedió. La ciudad se rodeo nuevamente de guirnaldas, de ruido, de todo, y yo la esperaba... la vi llegar acompañada de luces intensas, me cegó por un instante y luego hice un esfuerzo para verla a través de esa pared transparente, sonrió y yo me ataba a hitos protervos para no salir volando a su cuerpo.    Nada fue igual, la oscuridad en la que nos hallábamos me ayudo para confundir mi imagen de desesperación, en una embriaguez y tomar la conversación en un murmullo ara acercarme a su imagen y tratar de iluminarla con algún sonoro canto que se perdía en el silencio. Nos acompañaban dos individuos más, que por cuestiones culturales o de embriaguez terminaron por mojar el asiento trasero, mientras yo me divertía viendo el cielo para no perder el juicio de mis actos.     La noche caminó rápido y el instante se perdió en un adiós, no hubo preguntas ni sonrisas, solo la mirada escondida de un gato que andaba merodeando en la madrugada, y se termino la dicha, al abrir la puerta volvería a caer en aquel baúl sin fondo.     Al despertar en la mañana, fue raro, estaba sola, sin embargo sentía un perfume casi imperceptible y no era todo, sentí una caricia en el ombligo, algo orgásmico, mis ojos saltaron y mi cuerpo no se encontraba, mire abajo y no se veía nada, mire a mi lado y una figura hermosa se acomodaba a mi cuerpo, mire hacia arriba y estaba en la gloria, nada era más perfecto, pero nada era más irreal que aquel despertar, estaba asustada, quería tocarla pero mis brazos no respondían, quería hablarle pero mis labios se enredaban... era un sueño apócrifo, todo lo que pretendía, solo su silueta, solo ella...     Sí, nada pretendía, solo un instante eterno, solo eso, desde aquel amanecer no he vuelto a ser la misma, no he querido salir de aquí, ahora vivo en este rincón donde cada final de la noche es el mas brillante sentir, donde puedo verla y donde me abraza con su alma y yo me regocijo en tan sublime escultura y donde nadie puede hacerme despertar de este coma que se tomó en lo mas excelso de la vida de una mujer. .. .Que esta mujer se tomó en mi vida...   Esto lo encontré y me pareció lindo para compartir.Con Amor para ti, Depresión, Fragmentos de telenovelas, Frases para los hombres, Videos,

Estaba en uno de los días cualquiera deseando solamente que llegue la noche para poder dormir. Mi vida se había convertido en un acertijo incompleto, en una frase sin verbo, todo se me hacía demasiado difícil y demasiado trivial a la vez. 

No tenía nada que hacer era un entre envuelto en la leucemia de un coma inoportuno. Y llegó la noche, humo y alcohol, todo era igual, bueno, casi todo; no sé en qué instante se dio, solo un soplo de algún químico no conocido hasta ese momento por mi organismo se presentó ... la misma mujer con la que tiempo atrás me había visto sin ninguna clase de sortilegio, sin ninguna otra esperanza que la satisfacción de los deseos carnales, se me había presentado como una musa, una belleza que nunca antes visto mis sentidos, una emancipación de lo que ya no existía...

Fue un choque, algo así como cuando el café de la mañana, tan delicioso, se vuelve detestable al mojarte los labios y quemar... fue verme envuelta en su figura tan femenina, en sus manos pequeñas, en su dorso perfecto y sus brazos afables. Era imposible lo que ocurría, nada igual al sentimiento causado por Eros e incluso incomparable a la sensación que causaría el mismo Zeus, era Diana en todo su esplendor, maquillada con un nombre terrestre, pero bajo su piel se definía lo etéreo, lo sublime de lo inimaginable, sí, era ella y era yo, desde aquel instante éramos las dos.

No conforme con toda la fascinación de mis ojos, necesitaba tocarla, quería saber que era lo que sus dulces labios escondían, sin embargo, no podría ser. Salí de aquel espacio lleno de todo, lleno de abril, huí como un capitán de guerra, con la frente en alto y el espíritu muerto, me ate a nada y salte de un oleaje a otro, me hundí en la isla de la que había salido esa misma noche, nuevamente entre por la puerta grande al lugar de la muerte sin vida y me llene los ojos con su nombre y los oídos con sus caricias, esperando el momento en que todos y todas puedan concebir que me había enamorado sin edad, sin dinero, sin amor, sin deseo, sin genero y sin sexo...

La noche paso temblorosa, no quería verme, pues mi mente maquinaba la odisea, mañana todo estaría planeado para desterrar a aquel que no lo entendiera, estaba dispuesta a lo que sea, parecía un tigre a espera de que aquella presa se despistara, sin embargo, cada vez me convertía más en la presa, sus movimientos me parecían calculados, sus sonrisas oportunas al momento y ella, ella no aparecía, todo estaba en mi imaginación, suplicaba a los dioses un instante mas a su lado, quería sentirla y que me ayude a sentirme, necesitaba su vos, o solo su perfume, así caí en profundo sueño casi eterno.

No tengo recuerdo alguno de lo que sucedió en este lapso, tal vez ni siquiera sucedió. La ciudad se rodeo nuevamente de guirnaldas, de ruido, de todo, y yo la esperaba... la vi llegar acompañada de luces intensas, me cegó por un instante y luego hice un esfuerzo para verla a través de esa pared transparente, sonrió y yo me ataba a hitos protervos para no salir volando a su cuerpo.

Nada fue igual, la oscuridad en la que nos hallábamos me ayudo para confundir mi imagen de desesperación, en una embriaguez y tomar la conversación en un murmullo ara acercarme a su imagen y tratar de iluminarla con algún sonoro canto que se perdía en el silencio. Nos acompañaban dos individuos más, que por cuestiones culturales o de embriaguez terminaron por mojar el asiento trasero, mientras yo me divertía viendo el cielo para no perder el juicio de mis actos.

La noche caminó rápido y el instante se perdió en un adiós, no hubo preguntas ni sonrisas, solo la mirada escondida de un gato que andaba merodeando en la madrugada, y se termino la dicha, al abrir la puerta volvería a caer en aquel baúl sin fondo.

Al despertar en la mañana, fue raro, estaba sola, sin embargo sentía un perfume casi imperceptible y no era todo, sentí una caricia en el ombligo, algo orgásmico, mis ojos saltaron y mi cuerpo no se encontraba, mire abajo y no se veía nada, mire a mi lado y una figura hermosa se acomodaba a mi cuerpo, mire hacia arriba y estaba en la gloria, nada era más perfecto, pero nada era más irreal que aquel despertar, estaba asustada, quería tocarla pero mis brazos no respondían, quería hablarle pero mis labios se enredaban... era un sueño apócrifo, todo lo que pretendía, solo su silueta, solo ella...

Sí, nada pretendía, solo un instante eterno, solo eso, desde aquel amanecer no he vuelto a ser la misma, no he querido salir de aquí, ahora vivo en este rincón donde cada final de la noche es el más brillante sentir, donde puedo verla y donde me abraza con su alma y yo me regocijo en tan sublime escultura y donde nadie puede hacerme despertar de este coma que se tomó en lo más excelso de la vida de una mujer. .. .Que esta mujer se tomó en mi vida...







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